Todos los que intentan invertir lo hacen pensando en hacer crecer su fuente de ingresos. Obviamente, debe alcanzarse un cierto nivel de rentabilidad para que el riesgo valga la pena. Este objetivo, conocido a veces como tasa de obstáculo, representa el beneficio mínimo necesario para justificar una inversión.
A continuación, analizaremos el objetivo y la metodología de la tasa de obstáculo en el capital privado, su importancia para orientar las decisiones de inversión y su impacto en la relación entre los inversores y los gestores de fondos de capital privado.
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La tasa de obstáculo es el rendimiento más bajo que los fondos de capital privado deben alcanzar antes de que los socios generales (GP) estén calificados para recibir participación en los beneficios, también conocida como carried interest o comisiones por incentivos. Antes de cualquier distribución adicional de beneficios, esta cifra mínima —también llamada tasa de obstáculo del capital privado— actúa como un punto de referencia para garantizar que las inversiones generen los rendimientos deseados. Es un componente crucial para determinar las comisiones por desempeño y alinear los objetivos financieros de los gestores del fondo con los de los inversores.
Al actuar como un rendimiento de equilibrio, el retorno preferente garantiza que la inversión al menos cubra los costes de financiación y otros gastos necesarios antes de generar beneficios. Alcanzar o superar esta cifra base garantiza que los flujos de caja de las transacciones de capital privado respalden la viabilidad financiera global de la inversión, especialmente en inversiones inmobiliarias comerciales donde los gastos iniciales pueden ser elevados o los acuerdos impliquen primas de riesgo más altas.
Las empresas de capital privado protegen los fondos de los inversores y aseguran que estén en camino de alcanzar el rendimiento prometido al alcanzar este punto de equilibrio.
La tasa de obstáculo en el capital privado es el valor mínimo que debe alcanzar una inversión para que los socios generales puedan ser elegibles para la participación en los beneficios. Al ofrecer incentivos para obtener mayores rendimientos, se garantiza que los inversores reciban un retorno básico antes de que los GP perciban sus comisiones por desempeño, alineando así los esfuerzos de los GP con los intereses de los inversores.
Dependiendo de los parámetros específicos del fondo, el retorno preferente en el capital privado suele estar entre el 7 % y el 8 %, acumulativo y con capitalización anual. Para que los GP puedan acceder al carried interest —la parte de los beneficios que les corresponde— los rendimientos deben superar ese porcentaje durante la inversión.
Este retorno preferente, que a menudo se determina mediante la Tasa Interna de Retorno (TIR) o un múltiplo de la inversión inicial, suele especificarse en los contratos de oferta de los fondos de capital privado.
Una tasa de obstáculo refuerza el incentivo de generar altos rendimientos, ya que actúa como un objetivo que debe alcanzarse antes de que los GP puedan recibir una parte de los beneficios de la inversión. Protege a los inversores al garantizar un retorno mínimo antes de que los GP perciban su carried interest.
Superarla permite a los GP recibir el carried interest, lo que recompensa un desempeño exitoso de la inversión. Como resultado, esta cifra influye en las estrategias de inversión y en las expectativas de rentabilidad al decidir sobre proyectos de capital privado.
Dependiendo del plan de participación en beneficios, los fondos de capital privado pueden utilizar una tasa de obstáculo dura o blanda en su estrategia de inversión. Antes de que comience el reparto de beneficios, la inversión debe alcanzar o superar la tasa de obstáculo dura. Solo entonces los socios generales pueden empezar a recibir el carried interest.
Una tasa de obstáculo blanda, en cambio, ofrece flexibilidad al permitir que los socios generales obtengan carried interest si los rendimientos se acercan, pero no alcanzan por completo, el retorno preferente. El flujo de caja, la distribución de beneficios y, en última instancia, el componente de capital asignado a los inversores se ven directamente afectados por la forma en que se estructuran estos obstáculos.
La tasa de obstáculo tiene en cuenta varias variables, cada una de las cuales influye en el rendimiento mínimo necesario para respaldar una inversión. Estos elementos incluyen:
1. La prima de riesgo indica el rendimiento adicional necesario para activos más arriesgados, lo que exige un retorno preferente más alto para compensar posibles pérdidas.
Piénsalo como una tarifa de seguro contra el riesgo. Si inviertes en una startup de alto riesgo, querrás un retorno mayor para compensar la posible pérdida. Por ejemplo, una empresa tecnológica riesgosa puede requerir un 15 % (una prima de riesgo del 13 %), mientras que un bono gubernamental seguro puede ofrecer un 2 % de rendimiento.
2. El índice de inflación esperado garantiza que los rendimientos se ajusten al aumento de los gastos con el tiempo, al tener en cuenta la inflación durante el período de inversión.
Supongamos que tu inversión debe superar un aumento anual del 3 % en los precios si quieres mantener su poder adquisitivo. Así, establecerías un retorno preferente mínimo del 5 % si tu tasa libre de riesgo fuera del 2 % y le añadieras un 3 % por inflación.
3. Las tasas de interés suelen establecerse por encima de las actuales. Las tasas de obstáculo reflejan los costes de endeudamiento y actúan como punto de referencia.
Cualquier inversión debería, idealmente, generar rendimientos superiores al 4 % si puedes pedir prestado dinero a esa tasa. Si no, sería más sensato endeudarte y quedarte con la diferencia. Por ello, la tasa de interés sirve como base para tu tasa de obstáculo.
4. El coste ponderado del endeudamiento y del capital se incluye en el coste de capital, que establece un objetivo mínimo basado en los gastos de capital del fondo.
Este es el coste típico de iniciar una empresa. Debes generar al menos un 8 % si tu WACC es del 8 % para cubrir tu préstamo.
5. El rendimiento esperado de la inversión establece una meta que debe superarse para que el proyecto sea sostenible y financieramente atractivo.
Este es tu objetivo de rentabilidad. Tu meta debe ser al menos del 12 % para justificar la inversión si esperas ese retorno.
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Una tasa de obstáculo exige un retorno mínimo, pero una high-water mark (marca de agua alta) requiere que el fondo supere su pico anterior antes de que los gestores puedan recibir comisiones. Si se combinan, deben cumplirse ambas condiciones.
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Debe evaluarse un rendimiento mínimo necesario teniendo en cuenta los costes y riesgos de la inversión para comprender el cálculo de la tasa de obstáculo. La TIR y el WACC más la prima de riesgo son dos técnicas de cálculo habituales. Así funciona cada una:
Este enfoque parte del Coste Promedio Ponderado de Capital (WACC), que representa el coste combinado de la financiación mediante deuda y capital para un proyecto o una firma de capital privado. Para tener en cuenta el mayor riesgo asociado con la inversión, los inversores incluyen una prima de riesgo.
Por ejemplo, si el WACC es del 5 % y la prima de riesgo es del 3 %, el rendimiento objetivo, o tasa de obstáculo, será del 8 %. Esto significa que la inversión debe generar un rendimiento superior al 8 % para cumplir con los criterios mínimos exigidos por el capital del inversor.
La Tasa Interna de Retorno (TIR) es un cálculo utilizado para determinar la tasa que hace que el valor actual neto (VAN) de los flujos de caja sea igual a cero.
Los inversores en capital privado utilizan la TIR para evaluar si los rendimientos de la inversión durante el período cumplirán o superarán la tasa de obstáculo. Una inversión se considera viable si su TIR supera esta tasa.
Considera un escenario en el que un grupo de capital privado está evaluando una inversión en una empresa tecnológica emergente. Determinan lo siguiente:
Aplicando la fórmula mencionada: WACC + Prima de riesgo = 8 % + 5 % = 13 %
Este cálculo significa que, para que la inversión valga la pena, la empresa debe lograr un rendimiento anual de al menos el 13 %. Si la TIR estimada para la startup es del 15 %, que está por encima de la tasa de obstáculo, la inversión podría ser atractiva.
Al evaluar inversiones, el VAN y la TIR son métricas esenciales. El VAN determina el valor actual de los flujos de caja esperados menos los gastos iniciales. Una inversión es una opción viable si su valor actual neto es positivo, lo que sugiere que puede generar rendimientos superiores al mínimo requerido.
La TIR es la tasa de descuento a la que el valor actual neto es cero. El rendimiento esperado de la inversión se considera satisfactorio cuando la TIR lo supera. Los inversores pueden evaluar la viabilidad financiera de los proyectos utilizando ambos indicadores y tomar decisiones de inversión bien fundamentadas.
Los inversores están protegidos por el objetivo preferente, que garantiza que los proyectos cumplan con los estándares necesarios de estabilidad financiera y rentabilidad. El rendimiento mínimo compensa los riesgos de la inversión y los costes de financiación.
Al utilizar un marco de retorno preferente, los inversores pueden evaluar si las recompensas previstas superan los riesgos asociados. Si un proyecto no ofrece rendimientos suficientes, como lo demuestra el hecho de no superar esta tasa, los inversores podrían reconsiderar la asignación de su capital.
Varios factores pueden afectar la eficacia del rendimiento mínimo requerido. Uno de los problemas es que las decisiones podrían no alinearse con las expectativas de las partes interesadas debido a una posible falta de participación de los inversores. Además, cuando las empresas establecen estos rendimientos por debajo de los estándares del mercado para aceptar proyectos que podrían no ser financieramente sólidos, existe un riesgo de manipulación.
Por último, depender demasiado de suposiciones —como los flujos de caja previstos o las primas de riesgo— puede dar lugar a evaluaciones poco precisas. Estos elementos podrían comprometer la exactitud de los retornos preferentes al orientar los planes de inversión.
La cifra real de una inversión, representada como un porcentaje, se mide mediante la Tasa Interna de Retorno (TIR). Indica la tasa a la cual el coste inicial de la inversión equivale al valor actual de los flujos de caja.
Por otro lado, como vimos en la definición de tasa de obstáculo, esta representa la tasa mínima de rentabilidad que una inversión debe alcanzar para cubrir sus gastos, como los costes de oportunidad y de financiación de deuda. Actúa como un punto de corte para evaluar posibles inversiones.
Al evaluar la rentabilidad de un proyecto, la TIR y las tasas de obstáculo ofrecen perspectivas complementarias. Esta última establece el requisito mínimo de retorno, mientras que la TIR muestra el rendimiento proyectado de la inversión.
La inversión es viable si la TIR alcanza o supera el retorno mínimo requerido. Con esta combinación, los inversores pueden evaluar eficazmente las opciones de inversión y asegurarse de que los fondos se destinan a proyectos con potencial suficiente para cubrir sus riesgos y generar beneficios.
Supongamos que estás pensando en invertir en una startup. Naturalmente, querrás saber si es una inversión inteligente. Puedes utilizar dos herramientas esenciales:
El rendimiento mínimo que podrías esperar de tu inversión. Es comparable a fijar un umbral. Piensa en: "No invertiré a menos que pueda obtener al menos un 15 % anual."
La tasa de rendimiento anual estimada de una inversión se conoce como TIR. Es como prever el crecimiento anual de tu inversión.
Cómo usarlas en conjunto:
Compara ambas: la inversión puede valer la pena si la TIR supera el rendimiento mínimo requerido.
Decide si invertir sería conveniente si la TIR es igual o superior a la tasa de obstáculo.
Los inversores pueden evaluar si un proyecto cumple o supera las expectativas de rentabilidad mediante la TIR y la tasa de obstáculo. La rentabilidad de la inversión se alinea con los objetivos del inversor cuando la TIR la supera. Esta alineación es esencial para controlar el riesgo y garantizar que los acreedores, socios generales y accionistas estén satisfechos con el desempeño financiero del proyecto. Al combinar estas métricas, los inversores mejoran su comprensión de la viabilidad financiera de los posibles proyectos y toman decisiones más informadas sobre su estrategia de inversión.
Al evaluar los posibles rendimientos y controlar el riesgo, la tasa de obstáculo es fundamental. Garantiza que los proyectos cumplan con los criterios financieros mínimos al establecer una base para la rentabilidad. Al impulsar a los responsables de la toma de decisiones a priorizar inversiones que puedan generar rendimientos suficientes sobre sus costes, esta técnica fomenta una inversión responsable.
Consulta recursos como manuales de análisis financiero o estudios específicos del sector para profundizar en las estrategias de capital privado y métricas financieras. Estos recursos ofrecen una mejor comprensión de los marcos utilizados en la inversión en capital privado.
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Aunque a menudo se confunden, representan conceptos distintos. La tasa de obstáculo es el valor mínimo que debe alcanzarse antes de que un socio general pueda participar en los beneficios. En cambio, la TIR representa el rendimiento real del fondo, que puede ser superior o inferior a ese umbral.
Utiliza la siguiente fórmula: Prima de riesgo + WACC.
No existe una “buena” tasa como tal. Normalmente, oscila entre el 7 % y el 8 %. No obstante, estas tasas pueden variar en función del enfoque específico.
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