Dirigir una empresa implica controlar y gestionar cuidadosamente un gran conjunto de elementos que constituyen la base para evaluar el rendimiento de una compañía en una actividad determinada. Evaluar la eficiencia y rentabilidad de cualquier negocio requiere un análisis complejo de diversos indicadores, entre los cuales los más importantes son los índices de solvencia y liquidez.
En este artículo aprenderás qué son los ratios de liquidez y solvencia, y comprenderás las diferencias entre ellos.
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El ratio de liquidez es el coeficiente entre el monto total de los activos corrientes (es decir, efectivo y activos fácilmente convertibles en dinero) y el monto total de los pasivos a corto plazo (es decir, pagos que la empresa debe realizar pronto). En términos económicos, este ratio muestra cuán líquida es una empresa, es decir, si convierte inventarios y cuentas por cobrar a corto plazo en efectivo. El ratio también indica cuántos fondos líquidos representan los activos corrientes por cada unidad monetaria de pasivos a corto plazo. El cálculo se basa en el hecho de que la empresa paga sus deudas a corto plazo principalmente a expensas de los activos corrientes. Por lo tanto, si los activos corrientes superan en valor a los pasivos corrientes, se puede considerar que la empresa está funcionando con éxito. La cantidad del excedente está determinada por el coeficiente de liquidez actual.
El ratio de liquidez suele reflejar la visión más conservadora de la capacidad de una empresa para cubrir sus pasivos, a diferencia de muchos otros ratios de liquidez, ya que ni los inventarios ni las cuentas por cobrar se tienen en cuenta al calcular este indicador. Es decir, si la empresa tuviera que pagar de inmediato todas sus deudas a corto plazo, este indicador muestra su capacidad para hacerlo sin vender ni liquidar otros activos.
Si el ratio de liquidez de una empresa es superior a 1, significa que posee más efectivo y equivalentes de efectivo que pasivos a corto plazo. En este caso, la empresa puede cubrir todas sus deudas a corto plazo y aún disponer de efectivo. Un ratio de liquidez inferior a 1 a veces indica que la empresa podría estar enfrentando dificultades financieras. Sin embargo, un coeficiente bajo también puede reflejar una estrategia específica de la empresa, que deliberadamente mantiene reservas de efectivo reducidas.
El éxito y la eficiencia del funcionamiento de cualquier entidad económica pueden evaluarse en función de indicadores que determinan la estabilidad de sus actividades en las condiciones actuales del mercado. Uno de estos indicadores es el ratio de solvencia, que constituye una de las características e indicadores fundamentales de la posición financiera de una organización comercial en una economía de mercado. La solvencia también sirve como indicador del atractivo de una organización en particular para los inversores externos.
El concepto de solvencia, por su naturaleza, está bastante relacionado con el concepto de liquidez. La solvencia prospectiva está garantizada por la suficiencia de medios de pago para cumplir con las obligaciones durante el período previsto, lo cual, a su vez, está determinado por la composición, volumen y grado de liquidez de los activos corrientes, así como por el volumen, composición y velocidad de vencimiento de las obligaciones corrientes por pagar.
Así, la solvencia de una empresa radica en su capacidad para cumplir puntualmente con sus obligaciones de deuda en su totalidad. La clave de la solvencia se encuentra en una proporción óptima entre fondos propios y ajenos, un gasto racional y una participación competente en las actividades de la organización. Como se mencionó anteriormente, los conceptos de liquidez y solvencia están estrechamente interrelacionados, pero no son idénticos, ya que la solvencia depende en gran medida de los indicadores de liquidez. Por ello, la liquidez se considera su base.
El análisis de la solvencia de una empresa es un proceso bastante complejo y con múltiples etapas. El sistema de criterios para evaluarla incluye varios indicadores específicos que caracterizan la solvencia en sí misma, así como algunos indicadores auxiliares que describen otros conceptos económicos pero están directamente relacionados con la solvencia. Los criterios de evaluación de la solvencia se basan en los indicadores directamente vinculados a ella y en los valores recomendados.
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El ratio de liquidez y el ratio de solvencia están interrelacionados, ya que un cambio en uno afecta al otro.
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La liquidez y la solvencia son las principales evaluaciones del rendimiento de cualquier empresa. Aunque están interconectadas, existen diferencias importantes entre ellas, que se reflejan en los métodos utilizados para evaluar la salud financiera general de una compañía. Analicemos cada uno de estos coeficientes como parte de un análisis comparativo para entender en qué se diferencian.
El ratio de liquidez es el principal indicador utilizado para evaluar la capacidad de una empresa para gestionar sus obligaciones financieras a corto plazo. Esto se logra calculando un margen de seguridad basado en ratios contables como el flujo de caja operativo, el ratio corriente y el ratio rápido.
Por su parte, el ratio de solvencia es uno de los indicadores contables más importantes para determinar la capacidad de una empresa de cumplir con sus obligaciones de deuda a largo plazo, lo que permite una evaluación integral de la situación financiera de la organización, basada no solo en el nivel de ingreso neto, sino también en indicadores de flujo de efectivo real.
Cuando se trata de las obligaciones de deuda de una empresa con sus acreedores, el ratio de liquidez se utiliza para evaluar el monto de las deudas a corto plazo pendientes y se aplica ampliamente tanto en negocios tradicionales como en formas digitales de cooperación. Por otro lado, el ratio de solvencia mide en qué medida una empresa está dispuesta a cumplir con sus obligaciones de deuda a largo plazo, que suelen ser montos elevados y están destinadas a impulsar el negocio a largo plazo.
Cada ratio es una evaluación agregada realizada mediante el análisis de ciertos indicadores con la ayuda de índices o ratios secundarios. Así, el ratio de liquidez se obtiene a partir de cálculos basados en ratios importantes como el coeficiente de liquidez corriente, el coeficiente de flujo de caja operativo y el coeficiente de liquidez rápida. El ratio de solvencia se calcula en función del coeficiente de cobertura de intereses, el índice deuda-capital y el ratio de activos fijos a patrimonio neto.
En cuanto al uso del balance general, que es la fuente principal para evaluar la liquidez y la solvencia, el cálculo del ratio de liquidez utiliza elementos del activo corriente, incluidos cuentas por cobrar, inventarios, efectivo y sus equivalentes. Asimismo, pueden utilizarse los pasivos corrientes de la empresa, como los pagos de intereses y las cuentas por pagar.
Para calcular el ratio de deuda, se utilizan principalmente elementos que reflejan los activos a largo plazo de la organización, como los activos fijos. También es muy común incluir el patrimonio total y la deuda a largo plazo en el cálculo. En este caso, los elementos relacionados con las obligaciones de deuda a largo plazo y el capital propio son de suma importancia, ya que reflejan el monto total de los activos de la organización y su grado de disponibilidad para usar dichos activos en el pago de deudas en un momento determinado.
Los índices de liquidez y solvencia son los principales indicadores de la eficiencia del proceso empresarial de una compañía, ya que demuestran su capacidad para mantener el equilibrio entre el nivel de capital propio y el nivel de fondos prestados, lo que en última instancia afecta la rentabilidad y otros indicadores económicos importantes.